viernes, 23 de mayo de 2008

DESPECHO

¿Ah, que estoy cansada! Me he reído tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.
Tanto, que esta intensa pálidez que tengo
(como en los retratos del viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.
¿Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma;
pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qúe rara ocurrencia decir que estoy triste!
¡Cuándo más alegre que ahora me viste?
¡mentira! No tengo ni dudas, ni celos
ni inquietud, ni angustias, ni penas,
ni anhelos.
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto...

1 comentario:

Luna dijo...

No sé si después de avisar, es robo o qué, pero me llevo este poema...jejejeje.

Un besote.