Cuando la rabia te atormenta, sin comprensión, sin riesgo, no puedes
clamar venganza por las almas de los lirios colgados en tu corazón. No te
dejes llevar por esa incomprensión que guía a los necios, transforma a
los no-sabios y dilata el tiempo en la nube del olvido. Juzga tu
comportamiento, como si Zeus moviera el hilo de tu pasión. Pasión que
roza los cristales de la soberbia bañada en la angustia del terror,
adquirida en el limbo de un sueño que subyace en lo más sórdido de tu
espíritu. ¿Por qué odias al mundo que brilla con lágrimas de diosas
preñadas? Busca en ese mundo que ignora tu valía, porque el odio que te
quema no es odio, sino blasfemia saturada por las reglas de la sociedad
humana. Con sus límites hipócritas, creados para dormitar al ensueño
creativo de los hombres y mujeres vírgenes de pasión. La serpiente que
gira en tu mente, no puede convertirse en dragón, porque le falta la
libertad del pájaro, la simplicidad de la nube del pensamiento y el amor
de los demás. Si buscas estas tres cosas y pones de tu parte la
comprensión del inocente, la sabiduría del niño que sobrevive en la
naturaleza de los viejos, y amas a la mujer creada para purificar el alma
de la tierra; podrás llevar a esa serpiente a la parte de tu corazón que
con el tiempo del alba y el espacio carente de sentido, guarda la llave
de la transformación del tonto en poeta y del reprimido en justo. Y así
la serpiente se convertirá en el dragón soñado por tu musa de
inconsciencia, que en verdad todos llevamos amordazada por la impureza
del progreso.
sábado, 30 de agosto de 2008
UNA NOCHE DE DELIRIO
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