sábado, 16 de febrero de 2008

TESOROS



Tengo más tesoros...

Un sol y una luna en equinoccio, atravesados de

cristal, como recuerdo de un blanco, en los que,

a veces, me reflejo

y me veo confuso...;

y un indio, salvajemente verde, armado,

con la mirada fija y herido en la espalda...;

también tengo un cuadrado, azul, la pieza de un

juego de mar;... i un velero antiguo rojo de

velas blancas hinchadas...; ¡y un cordoncillo!,

deshilachado en las puntas, como un cirio

sin cera, como un pabilo desprotegido y sin

quemar...; y un marco que me enmarca,

a oriente, un palmo en el cuadro de pared no

demasiado blanca, vivida y mirada, pulida,

ahumada...; y una máscara oscura que mira a ninguna parte,

como todas las máscaras,

capaz de verlo todo...;

también unos caramelos transparentemente verdes...;

y unas partituras, bajo palabras definidas

y de once navidades y un fin de año, fraternales...;

y muchas historias escritas, sabias, éstas

sí, de diferentes ejemplares...

algunas historias descritas y otras que

no saben leer y nunca, seguramente,

aprenderán...;



...y un pabilo ennegrecido rodeado por ceras

oscuras, deshechas, que se esgrafían en gris,

entonces en blanco, a lo largo de un candelabro

quebradizo, elegante, que me ilumina, encendido,

todo esto y, detrás, da fe a un Cristo

crucificado...;



y, recogiéndome miserias, cerillas ya quemadas,

polvos, trozos de velas fundidas, cabellos...

miradas cansadas,... un trozo de un tocador

maternal, de porcelana, que parece

agrietado, pero no lo está.

A la derecha, tengo un lápiz azul, de tinta

azul, con el que, sin saber si escribe,

aún no he escrito.

...


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